Cuando la vida te cambia de piel

Podium

En este episodio de Yo debería ser flaca, invito a una consultante que comparte su historia con su piel: Daniela. Debido a una condición médica dermatológica, estuvo en casa por varios años. No fueron años perdidos, sino de gran transformación, como suele ocurrir con los cambios de piel, tanto literales como metafóricos. Daniela experimentó ambos, y se nota: cambió de adentro hacia afuera. Investigó en sí misma, profundizó en lo que realmente le importa y aprendió que la vida duele a veces, pero jamás deja de ser bella.

Más episodios

La rendición me devolvió la vida

En este episodio del podcast Yo debería ser flaca, converso con Marcela Arango sobre el poder de la rendición: esa entrega inevitable a la que la vida nos llama cuando atravesamos procesos difíciles o enfrentamos cambios inesperados.En esta íntima y honesta conversación, Marcela comparte su camino de reconciliación con la comida y su cuerpo, un proceso desafiante pero transformador. Aceptar su vulnerabilidad le permitió descubrir que su valor no está en su apariencia, sino en la esencia de quien realmente es.Ella no es la forma de su cuerpo.Ella es el misterio de la vida.

Las prácticas que sí mejoran la imagen corporal

En este episodio del podcast Yo debería ser flaca, profundizo en una idea que ya he compartido antes, pero que sigue siendo fundamental para todas las mujeres que desean reconstruir su imagen corporal desde una perspectiva más amable. Exploramos la relación con nuestro cuerpo desde el respeto y la apreciación, caminos mucho más efectivos para aprender a mirarnos con mayor aceptación. Dejamos de lado la noción de belleza, porque no la necesitamos, y nos centramos en las prácticas que nos permiten ver nuestro cuerpo por lo que realmente es: la relación más duradera, entrañable e íntima que tendremos a lo largo de nuestra vida.

Cuando la cultura fitness daña la relación con la comida

En este episodio del podcast Yo debería ser flaca, converso con Julieta Ochoa, quien me buscó para consulta durante el año de la pandemia. En aquel momento, Julieta quería desenredar el nudo de su alimentación, cada vez más rígida bajo la influencia de una cultura fitness que le vendió la idea de un comer "optimizado".A Julieta le gusta hacer ejercicio, pero hoy tiene muy clara la diferencia entre moverse por bienestar y ejercitarse para encajar en un molde. Su testimonio es especialmente relevante en un mundo donde tantas personas confunden el ejercicio con una prueba de valía personal y estatus, en lugar de vivirlo como una experiencia auténtica de salud.