Podium
En este episodio del podcast "Yo debería ser flaca" profundizo en el tema del comer emocional. A menudo se piensa que comer no debería estar vinculado a las emociones, pero esto solo se convierte en un problema cuando la comida es nuestra principal y más frecuente herramienta para manejar las emociones. Si recurrimos a la comida como nuestro primer y único recurso frente a emociones difíciles - ansiedad, miedo, frustración, ira - es probable que nos sintamos fuera de control. Sin embargo, este episodio también busca reivindicar el lugar legítimo de un comer emocional que puede ser funcional y saludable. Cuanto más comprendamos esta perspectiva, más podremos utilizar la comida como un regulador emocional de manera consciente y efectiva, integrándola a una caja de herramientas para gestionar nuestras emociones de forma equilibrada.
En este episodio del podcast de Yo debería ser flaca exploro la noción del comer normal, la cual se torna difusa dentro de un mar de desinformación nutricional, terrorismo alimentario y formas restrictivas de comer. Quisiera retomar un comer flexible basado en la confianza corporal que descansa en una capacidad innata de saber elegir comida. Este podcast da respuesta a una pregunta frecuente que escucho en consulta: ¿cómo hago para comer sin controlar? Devuelvo esta pregunta con otra pregunta: cuando piensas en alguien en tu vida que coma sin sufrir, ¿cómo es? Mis consultantes me describen una persona que come de todo, que no controla su alimentación, que disfruta sus alimentos y jamás se culpabiliza o juzga violentamente por sus elecciones. Esta persona sabe comer porque confía en que sabe comer.
En este episodio del podcast de Yo debería ser flaca retorno a un tema que he abordado en el pasado: cierto positivismo tóxico que viene de la mano con frases como "échale ganas" o "todo es un asunto de actitud". Sin embargo, no todo es un asunto de actitud, más frecuentemente, nuestros problemas de salud mental requieren de un abordaje que incluye educación, medicación, apoyo, acceso. En el contexto de los desórdenes alimenticios también requerimos de ayuda, de una comprensión de qué es lo que verdaderamente nos pasa, y cómo podemos salir del ciclo vicioso de las luchas con la comida. Si fuera un tema de actitud solamente, ya nos sentiríamos mejor; al final, no he conocido a nadie que voluntariamente elija afectar su vida negativamente si puede elegir algo distinto.