Este episodio del podcast "Yo debería ser flaca" presenta una conversación profunda con Matilde Acevedo, actriz de teatro colombiana, sobre su proceso de liberación corporal. Hace años, Matilde me buscó debido a su relación conflictiva con la comida. Hoy, reflexiona sobre cómo este camino transformador le brindó libertad, una idea que concibe como la capacidad de habitar plenamente su cuerpo, estar presente y conectada con su vida sin huir de sí misma. Una charla inspiradora sobre reconciliación, presencia y autocompasión.
En este episodio de Yo debería ser flaca, profundizo en un tema común: la sensación de no poder parar de comer. Es frecuente que muchas mujeres se perciban "adictas" a la comida. Pero no lo son. Nunca le digo a una consultante que su relación con la comida es una adicción, que come chocolate porque es una sustancia adictiva con la cual no puede contenerse. En cambio, trabajo con ella para desenredar el nudo de la restricción, que probablemente sea la verdadera causa detrás de esa aparente pérdida de control. Si alguna vez has sentido que la comida te domina, este episodio es para ti.
En este episodio del podcast *Yo debería ser flaca*, exploramos un aspecto crucial para sostener procesos de cambio genuinos y duraderos: el valor del progreso. Muchas veces, enfocamos nuestra atención únicamente en los destinos finales y creemos que solo vale la pena celebrar cuando alcanzamos una meta. Sin embargo, es el progreso, esos pequeños pasos que damos a diario, lo que realmente alimenta el cambio y le da vida.El progreso no es solo una etapa intermedia; es el cimiento que sostiene el crecimiento y nos permite mantenernos en el camino. Por eso, es fundamental medirlo, registrarlo y, sobre todo, emocionarnos con cada avance, por pequeño que sea. Estas pequeñas victorias nos ayudan a construir una imagen más clara y realista de lo que es posible para nosotras y nuestras vidas.Así que, en lugar de esperar hasta el final para celebrar, aprendamos a honrar el proceso en cada paso. Porque cada avance, por más mínimo que parezca, es un recordatorio de nuestra capacidad de cambio y de lo lejos que podemos llegar cuando somos pacientes y constantes con nosotras mismas.
En este episodio de "Yo debería ser flaca", tengo el honor de conversar con una mujer excepcional que celebra la vida con todo su cuerpo: Nataly Ortegón, activista por la liberación y diversidad corporal. Su contenido en redes sociales tiene algo especial, supe qué era conversando con ella: su inquebrantable decisión de vivir plenamente, siendo exactamente quien es.Nataly nunca pensó que su cuerpo debía ser diferente ni que necesitaba perseguir una elusiva mejor versión que no llega. Tampoco permitió que su brillo se apagara por las críticas hacia su apariencia. Nataly no hace una apología a la gordura, como podrían insinuar sus detractores; a ellos les responde con claridad: "Hago una apología a la existencia".
Invito una vez más al podcast a Mariana Den Hollander, una mujer dedicada a visibilizar las secuelas de la cirugía bariátrica. Mariana recibe cientos de testimonios de personas que han sufrido reacciones adversas a esta cirugía y que encuentran en ella un apoyo, ya que los efectos deletéreos de la cirugía no se discuten tan abiertamente como se debería. No es un tema fácil de abordar, pero ella lo hace con dignidad, entereza y, sobre todo, con la convicción de querer dar voz a las miles de personas que sufren en silencio debido a una cirugía que, frecuentemente, se realiza en nombre de la gordofobia, no de la salud.
En este episodio del podcast Yo debería ser flaca exploro la curiosidad, un recurso que a menudo subestimamos o reservamos exclusivamente para los niños. No obstante, la curiosidad es clave para el crecimiento personal, ya que nos empuja a cuestionar nuestras creencias limitantes y aventurarnos en territorios desconocidos. Nos abre a un aprendizaje continuo que amplía nuestras perspectivas y nos hace más flexibles ante el cambio. Al cultivar una mentalidad curiosa, no solo nos descubrimos a nosotros mismos, sino que también desarrollamos nuevas habilidades. Además, la curiosidad fortalece nuestra resiliencia, ayudándonos a ver los desafíos como oportunidades para crecer y mejorar.
En este episodio del podcast "Yo debería ser flaca" profundizo en el tema del comer emocional. A menudo se piensa que comer no debería estar vinculado a las emociones, pero esto solo se convierte en un problema cuando la comida es nuestra principal y más frecuente herramienta para manejar las emociones. Si recurrimos a la comida como nuestro primer y único recurso frente a emociones difíciles - ansiedad, miedo, frustración, ira - es probable que nos sintamos fuera de control. Sin embargo, este episodio también busca reivindicar el lugar legítimo de un comer emocional que puede ser funcional y saludable. Cuanto más comprendamos esta perspectiva, más podremos utilizar la comida como un regulador emocional de manera consciente y efectiva, integrándola a una caja de herramientas para gestionar nuestras emociones de forma equilibrada.
En este episodio del podcast converso con la activista Miriam Lara Mejia (@lagordafeminista) sobre medicamentos tipo Ozempic cuyo ingrediente activo es la semaglutida, un péptido que el cuerpo naturalmente produce para regular el azúcar en sangre. Estos medicamentos se han convertido en una gran tendencia a nivel mundial por su efecto en la pérdida de peso. Converso con Miriam porque queremos añadir matices y complejidades que los medios no abordan, preguntas como: ¿Qué pasa con el efecto rebote cuando abandono el medicamento? ¿Qué pasa con la pérdida muscular? ¿Dónde queda la gordofobia que se incrusta en medio de este fenómeno global, pero que rara vez se nombra en la conversación mediática?
En este episodio del podcast de Yo debería ser flaca exploro la noción del comer normal, la cual se torna difusa dentro de un mar de desinformación nutricional, terrorismo alimentario y formas restrictivas de comer. Quisiera retomar un comer flexible basado en la confianza corporal que descansa en una capacidad innata de saber elegir comida. Este podcast da respuesta a una pregunta frecuente que escucho en consulta: ¿cómo hago para comer sin controlar? Devuelvo esta pregunta con otra pregunta: cuando piensas en alguien en tu vida que coma sin sufrir, ¿cómo es? Mis consultantes me describen una persona que come de todo, que no controla su alimentación, que disfruta sus alimentos y jamás se culpabiliza o juzga violentamente por sus elecciones. Esta persona sabe comer porque confía en que sabe comer.
En este episodio del podcast de Yo debería ser flaca retorno a un tema que he abordado en el pasado: cierto positivismo tóxico que viene de la mano con frases como "échale ganas" o "todo es un asunto de actitud". Sin embargo, no todo es un asunto de actitud, más frecuentemente, nuestros problemas de salud mental requieren de un abordaje que incluye educación, medicación, apoyo, acceso. En el contexto de los desórdenes alimenticios también requerimos de ayuda, de una comprensión de qué es lo que verdaderamente nos pasa, y cómo podemos salir del ciclo vicioso de las luchas con la comida. Si fuera un tema de actitud solamente, ya nos sentiríamos mejor; al final, no he conocido a nadie que voluntariamente elija afectar su vida negativamente si puede elegir algo distinto.