Los mellizos de Marisa Monte

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Cuando Marisa Monte era una niña apuntaba a ser una suerte de María Callas brasileña, pero Marisa creció escuchando muchas cosas, bailaba con el rock y con la samba, se relajaba con la música clásica y lloraba con Billie Holiday, toda esa escuela y una energía desbordante acabaron dando forma a una de las carreras más fascinantes de las últimas décadas. La carrera de Marisa Monte toca muchos palos, estilos y sonidos y son el reflejo de esa cantante intrépida y curiosa que acabó abrazando la música de su propio país cuando llegó a Roma a estudiar clásica y acabó subiéndose a un escenario para cantar a las estrellas de Brasil sin saber entonces que ella misma acabaría siendo una por méritos propios. Tras hacerse un hueco en la música de su país y comerse el mundo con sus amigos de Tribalistas, Marisa hizo un movimiento extraño y maravilloso, un día de 2006 Monte publicó dos discos a la vez, dos discos diferentes que se pueden leer como las dos caras de una misma manera, como sus dos mellizos. Esta semana viajamos a Brasil para recordar esos dos álbumes, Infinito Particular y el Universo Ao Meu Redor, dos trabajos excelsos y brillantes que muestran las caras, las diferentes caras, de Monte. Para esta aventura nos acompaña, como es habitual, Arturo Lezcano y Lucía Taboada.
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Más episodios

El amor de los músicos a la música

Un programa especial de versiones, discos tributo y homenajes musicales.PLAYLIST | Todas las canciones del programahttps://open.spotify.com/playlist/4mqPiUWhUj7iOIhKkvSP8v?si=6a7e36f2f33540d1

Las clases de historia de Ella Fitzgerald

Entre 1956 y 1964, Ella Fitzgerald editó una serie de ocho discos que rindieron tributo a los hombres y mujeres que habían dado forma a eso que se llamó El Gran Cancionero Americano, canciones de musicales de Broadway y de películas de Hollywood que formaron la banda sonora de la primera mitad del siglo XX. Aquel movimiento redimensionó la carrera de Fitzgerald tras sus años en Decca y fue su gran legado como artista. Esos cancioneros o Songbooks rindieron tributo a Cole Porter, Duke Ellington, Irving Berlin o los hermanos George e Ira Gerswin y asentaron su obra y legado entre los amantes del jazz convirtiendo sus composiciones en algo atemporal y eterno. Esta semana recorremos esos discos de la mano del periodista Manuel Recio y con los reportajes de Lucía Taboada. 

Jarabe de Palo y el verano de La Flaca

Pau Donés ya tenía 30 años cuando su vida cambió para siempre gracias a una canción y a un anuncio de televisión de una marca de tabaco. El debut de la banda había pasado sin hacer mucho ruido por 1996, pero aquel anuncio convirtió a La Flaca en la canción del verano de 1997 y disparó las ventas y la fama del grupo. Jarabe de Palo lo tenía todo para ser una banda de un solo éxito, para vivir su momento de gloria antes de desvanecerse y ser olvidados. Sin embargo, Pau Donés ha acabado compartiendo escenario con Pavarotti, Celia Cruz, Jovanotti o la flor y nata de la música española.El tremendo comienzo del grupo tuvo continuidad cuando en su segundo disco la banda presentó Depende y demostró que su talento para hacer grandes canciones para la radio iba más allá de ese primer éxito. Poco a poco, disco a disco, Donés y sus amigos fueron construyendo una carrera seria y con buenos fundamentos que los consagraron como una de las formaciones más importantes de su generación.La triste muerte del músico nos dejó una importante lección de vida y la excusa para recorrer aquellos primeros años cuando Pau tenía todo el tiempo del mundo y ganas de comérselo en dos bocados. De la mano del periodista David Moreu y Lucía Taboada recordamos aquellos años finales de los noventa.