Ep. 397: Tras el final del episodio anterior ¿alguien ha creído que el ‘Nadie Sabe Nada’ había terminado para siempre? Si esto ha ocurrido, sentimos decepcionarle con una entrega más de esto que semana tras semana perpetran Andreu Buenafuente y Berto Romero desde el Estudio Toresky de Ràdio Barcelona de la Cadena SER.Hay público de Holanda... ups, perdón, Países Bajos y Alemania; preguntas llegadas de Cleveland, México o Cartagena; anécdotas vividas en Mérida o concursantes ficticios de Talavera de la Reinda. Y todo esto sin salir de unos 50 metros cuadrados. Viajar por el mundo con el ‘Nadie’ sale muy barato.
Ep. 396: La persona cárnica que asiste al ‘Nadie Sabe Nada’ como público tiene las expectativas muy altas. Y esta condición ejerce una presión brutal sobre Berto Romero. Siempre cree que el programa no estará lo suficientemente gracioso y entretenido y lo pasa mal. Esta sensación se traslada a Andreu Buenafuente y el uno por el otro, la casa sin barrer. La casa sin barrer, aquí, es una alegoría a que todo el episodio va en caída libre hacia el abismo. Lo bueno de no barrer en el ‘Nadie’ es que todo juega a favor y cuanto más fallo, más risa. Así, pasando por temas que tocan los juguetes de perro, el estar solo en casa,
Ep. 395: Menudo gancho esto de poner a Jeff Bridges en el título de este episodio de ‘Nadie Sabe Nada’, ¿no? Aquí manejamos el clickbait como si lo hubiéramos inventado. La realidad es que el actor es protagonista de un sueño bastante extraño de Andreu Buenafuente. Y lo de que no está evolucionado viene a colación de una teoría desarrollada por Berto Romero.
Ep. 394: Si no estás entendiendo nada, sé bienvenido al 'Nadie Sabe Nada'. Un espacio de humor e improvisación en el que tanto Berto Romero aprovecha para recapitular todos los regalos que le han dado durante su gira por teatros como Andreu Buenafuente confiesa que olvidó cómo iba vestido durante la proyección de una película de más de tres horas.También hay tiempo para hablar y disertar sobre zambombas y machacadores de ajos defectuosos, de la evolución del taburete a silla o para aprender algo de léxico en euskera.
En este episodio, el 393 de ‘Nadie Sabe Nada’, apto para personas cárnicas, perros y extraterrestres, Andreu Buenafuente y Berto Romero descubren entre misterios finitos e infinitos que dormir desnudo puede hacerte inmortal per dormir al lado de Berto puede matarte de un infarto. Es todo una gran contradicción.Para no ganarnos la fama de ser los guarros del sistema solar, en este programa reciclamos: hacemos anillos Km0 con la uña de Andreu y si no nos gusta el público no lo tiramos, nos inventamos otro. Siéntate con mucho cuidado de no aplastar tus testículos de leche, pide una calamaraca de la paz y disfruta como si no hubiera tiempo que perder.
Este ‘Nadie Sabe Nada’ no se sigue ninguna norma, la especialidad de Andreu Buenafuente en cualquier juego, y aunque Berto Romero empieza con la voz tocada, ha podido seguir su carrera de cantador de himnos. Si nos estás escuchando a través de un audífono, te podemos asegurar que nos escucharás mejor que a un actor de cine español. En todo caso, siempre nos quedarán los pedos como lenguaje universal, que entre tantos 'Words’ podemos equivocarnos y acabar confundiendo a nuestro perro con nuestro mejor amigo. ¡Samanté sobre vuestras gafas de sol en medio del océano!
Andreu Buenafuente y Berto Romero han ido con todo, porque tienen claro que domesticar la improvisación es negarla. Los crupieres del samanté han repartido bien sus cartas en este 'Nadie Sabe Nada' tan azaroso que ha viajado desde una bolera en Pedralbes hasta Las Vegas. La urna ha funcionado como una ruleta, sin que se pueda descifrar ningún patrón, y de ella han surgido las mejores combinaciones ganadoras: cilantro y comino con neurociencia, geografía del orgasmo junto a las necrológicas, o el grito Wilhelm con Tordocop. ¡No va más!
El ‘Nadie Sabe Nada’ es un biopic de Andreu Buenafuente y Berto Romero donde se les puede ver envejecer casi en tiempo real. En este programa, han experimentado un punto de inflexión en sus vidas, ya que una anciana les ha revelado el secreto de la longevidad, aunque no ha calado mucho. Ser malo en la Ser no es una opción. Así que, en este viaje hacia la senectud, es mejor dejarse la uña larga y pelar habas al son de la txalaparta mientras se filosofa sobre utensilios de cocina y se predice en qué clase de señor mayor te convertirás. El mejor consuelo de la premuerte.
Este ‘Nadie Sabe Nada’ es un regalo para el algoritmo, un programa que no podría materializar ninguna Inteligencia Artificial, por su completa falta de entendimiento. Andreu Buenafuente y Berto Romero, payasos de la ‘normal web’, interconectan varios temas aparentemente inconexos y se repiten cada vez más de cerca para acabar bailando mal y bien un nuevo género musical llamado ‘salsa healthy’.Un programa que parece el historial de búsqueda de alguien que no está bien en casa: ¿Qué le pasa a Instagram con Luis Miguel? ¿Dónde se encuentra Polla? ¿A quién no le va a gustar estampar su cara? En pocas palabras, buen detritus digital para compartir. ¡Samanté y Jumanji para todos!
‘Lo pruebo’. Este ‘Nadie Sabe Nada’ es un trastornado viaje a través del mundo de los sueños, una delirante fantasía concebida por Andreu Buenafuente y Berto Romero que solo puede vislumbrar la realidad a lomos de un pedo. En esta diarrea onírica, que ya puede considerarse lore del ‘Nadie’, se han visto y regalado pitos, se ha regresado al origen de la braga de hombre y se han agradecido los agradecimientos. También hemos descubierto que rascarse la glotis como lo hace Sílvia Abril es el anticlímax vital. ¡Ah! Y Berto la ha vuelto a liar con el