Muchas deshonestas, las más dudosas y ninguna casta

Siendo como somos (y lo sabéis) las pepenadas más consentidas, vuestras repipis predilectas, gusanillas patológicamente complacientes y ultimísima trinchera del recato, en este episodio nos atrevemos sin embargo a dejar atrás las celosías y la molicie aterciopelada de la intimidad doméstica para echarnos a las calles, como corsarias de cuantos puertos hay desde Atocha a Palacio, a seguir los pasos de las auténticas potaxies del barroco. De la mano de María de Navas y Teresa de Robles, dos actrices de todo menos discretas y ajenas a la polémica, os contamos cómo la élite de la interpretación y el estrellato barroco intervino con su propio desacato en las costumbres domésticas y urbanas; de cómo actrices como Navas y Robles fueron referentes imprescindibles para convertir a todas las madrileñas en un atajo de “deshonestas, las más dudosas y ninguna casta”; de desafíos a la autoridad y arrestos domiciliarios y sobre todo de GESTOS, muchos gestos y muchísima sassiness. Porque, amiga, da igual en qué siglo escuches esto: como los moralistas del barroco, todas sabemos que una gesticulación, un aspaviento exagerado y un meneo desmedido pueden siempre convertirse en la ventana abierta a un divorcio, a un escándalo amoroso o a una fuga de la justicia. Si no puedes vivir ni un día más sin enterarte de quién era la persona que más afters madrileños pisaba en el siglo XVII, y si te va la vida en descubrir cuántos segundos tardaban las clarisas de las Descalzas Reales en poner en marcha su U-Haul conventual para socorrer a una amiga, dale corriendo a play. 

TOTA PULCHRA

Da igual en qué siglo escuches esto: mientras tú pochas una cebolla, te grabas un Get Ready With Me o rezas una súplica ante el Santo Sagrario, no hay duda de que, en algún lugar no muy lejano, un grupo de hombres discute sobre si una mujer está o no está libre de pecado. En este episodio profundamente sevillano e inesperadamente bético (con un fugaz pero primoroso cameo de Héctor Bellerín) por fin damos rienda suelta al que quizá sea nuestro capricho más longevo: charlar largo y tendido sobre la polémica teológica en torno al dogma de la Inmaculada Concepción. Un sermón de 1613 capaz de cambiarlo todo, una Sevilla aterrorizada por los dominicos, esos fifes de la contrarreforma, chifladas hipótesis teológicas en torno al útero y los arrumacos de la pobre Santa Ana que nada tienen que envidiar a la rumiación conspiranoica de un buen hilo de forocoches, el abc de la geopolítica inmaculista y, sobre todo, el fervor concepcionista que no sabías que necesitabas. Si no puedes vivir ni un día más sin descubrir qué hizo Beatriz da Silva después de ser encerrada en un arcón durante tres días por un ataque de celos y recibir la aparición de la Purísima Concepción, y si te urge saber por qué tu próximo tatuaje debería ser TOTA PULCHRA, dale corriendo a play.

De la caduca edad cansada

VUELVE TU SOSIEGO. VUELVE EL BARROCO. Arrebatadas y felices por volver a este rinconcito terapéutico nuestro, no podemos sin embargo evitar que la mano se nos escape nerviosa a toquetear las nuevas arrugas con que inauguramos la temporada, ni somos capaces de esconder bajo nuestro compromiso con la sonrisa perpetua el manojito de desarreglos intestinales, altibajos hormonales y demás achaques que nos atosigan en esta incipiente caduca edad cansada. Tras saciar la curiosidad de todas con un noticiario conventual en el que por fin nos pronunciamos sobre la rabiosa actualidad de las monjas cismáticas de Belorado y la apertura del sepulcro de santa Teresa, pasamos por fin a intentar encontrar el inesperado sosiego que se esconde en las peripecias de envejecer y el sobresalto de aterrizar en la categoría señoras. Baltasar Castiglione y las fantasías de perpetua juventud en su manual de perfecta pluma heterosexual para cortesanos, el secreto de la longevidad de las monjas de San Jacopo di Ripoli y Santa María Annunziata delle Murate y el tiernísimo declive de Juana Esperanza de San Alberto. Porque todo lo que te esté pasando a ti, ya le pasó a alguien en los siglos XVI y XVII. También los desasosiegos ante las primeras patas de gallo, el abrazo entusiasta de una cabellera totalmente canosa y el regocijo fantasioso ante promesas de longevidad. Si llevas toda una vida esperando a saber quién huele a cisco y alcrebite o cómo una monja de noventa y un años puede ayudarte a combatir el alzhéimer, dale a play.

Sobre el podcast

Cotilleos históricos, dramas barrocos, vidas olvidadas. Monjas, demonios, embustes, alquimia, recetarios, oro. Y recuerda que, todo lo que te pasa a ti, ya le pasó a una monja en los siglos XVI y XVII.

Un podcast de Carmen Urbita y Ana Garriga. Producido por Podium Podcast.