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La UCO, que atribuyó a Álvaro García Ortiz un papel preeminente en la filtración del correo del novio de Isabel Díaz Ayuso -de aquel correo en el que se reconocía un fraude fiscal-, no ha encontrado ningún mensaje en el móvil del fiscal en aquellos días en los que se produjo la filtración. García Ortiz borró todos los mensajes de su teléfono porque -según la Fiscalía- hay una instrucción interna que obliga ir eliminando los mensajes. Así que la Guardia Civil no ha encontrado ningún mensaje de teléfono; pero sí ha encontrado correos electrónicos... que recibió cuando la Cadena SER ya había informado -21 minutos antes- del contenido de ese correo.
Está siendo una semana de mucha actualidad política y judicial en España, con la declaración de ayer de Begoña Gómez ante el juez y con el Supremo pidiendo al Congreso poder juzgar a José Luis Ábalos. Hoy, además, se celebra el último pleno del año en el Parlamento, con el Gobierno sin saber si tendrá los apoyos suficientes para sacar adelante dos reformas trascendentes. Pero las noticias nos llevan a Francia, donde hoy se conocerá el de un caso que ha estremecido a Europa: el juicio al marido y más de 50 violadores de Gisèle Pélicot.
La semana judicial -llena de declaraciones ante el juez por casos que afectan al Gobierno- va a cambiar hoy de escenario. Después de que Aldama y Koldo comparecieran en el Supremo, hoy Begoña Gómez declara ante el juez Juan Carlos Peinado, que le imputó nuevos delitos. Es la tercera vez que el juez cita a la mujer del presidente del Gobierno. Aunque la novedad es sobre la DANA. La Fiscalía de Valencia apoya que se investigue la gestión que hizo el president de la Generalitat, Carlos Mazón.
Ayer fue Víctor de Aldama y hoy será Koldo García el que declare ante el Tribunal Supremo. Hoy sabremos, por tanto, qué responde Koldo a las acusaciones que Aldama dejó allí mismo: el empresario no sólo mantuvo en el Supremo que le pagaba comisiones a él y a Ábalos, sino que añadió que -según le decían ellos- esas comisiones iban también a financiar al PSOE. Ocurre que, de eso -que es una acusación muy grave- Aldama no aportó pruebas. Aportó los pantallazos de sus conversaciones con Koldo por WhatsApp.
