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Este jueves está previsto que se celebre el debate de investidura del socialista Illa, aunque los focos también están pendientes del regreso de Carles Puigdemont. Está previsto que el expresident celebre un mitin organizado por su partido, mientras que los mossos han blindado la cámara catalana y tienen la orden de detenerlo. En España, el ministerio de Interior ha abierto un expediente al SUP por su acuerdo con Desokupa. En Reino Unido, una manifestación antifascista ha protestado contra la ola ultra. También les contamos que crece la presión sobre Maduro para que publique las actas.
Aunque los datos desmontan la relación entre migración y delincuencia, la confianza entre partidos que la defienden aumenta. La ultraderecha es la primera fuerza entre los jóvenes, mientras en Torre Pacheco hay tres concentraciones convocadas para los próximos días por grupos de extrema derecha. El PP condena las cacerías, pero evita vincularlas con VOX. También en política, el acuerdo entre el Gobierno y la Generalitat para la financiación singular no da detalles clave de la recaudación de impuestos.
Tras los incidentes del fin de semana en la localidad murciana que han dejado cinco heridos y seis detenidos, algunos de los grupos han convocado más propuestas para esta semana. Entre las reacciones políticas, Sumar señala a VOX y pide que se investigue el partido por sus mensajes en contra de la inmigración. También en lo nacional, hoy está prevista la reunión de la comisión bilateral entre el Estado y la Generalitat para concretar la financiación singular de Catalunya entre PSC y Esquerra Republicana.
En una nueva estrategia contra el Gobierno, el miércoles Alberto Núñez Feijóo llevó al Congreso las acusaciones de proxenetismo contra la familia el presidente. Ahora presenta una batería de preguntas para indagar en la vida del suegro de Sánchez. En el PSOE el caso de corrupción de Ábalos sigue sembrando incertidumbre con una nueva petición del Supremo en el que demanda información sobre las cuentas del exministro. Además, el Gobierno se enfrenta al aumento de gasto en defensa que, aunque inferior a lo que pedía la OTAN, supondrá un aumento en el número de militares.