Bienvenidos a 'La Armada de la Especiería', la ficción sonora que narra el viaje de Magallanes y Elcano. Con la colaboración de Turismo de Andalucía.Estrenamos ficción histórica sonora para explicar el asombroso viaje de Magallanes y Elcano hace ahora 500 años. En este primer episodio recreamos cómo Magallanes salva la vida a su primo Francisco Serrao en una de las expediciones en las que ambos participaron en Malaca. Serrao decidió quedarse allí y las cartas que enviaba a Magallanes fueron la verdadera inspiración para el viaje. También se narra la audiencia que mantiene el navegante con el Rey Manuel de Portugal, tras la que decide proponer su proyecto a la Corona de Castilla.El proyecto de Magallanes no fue nunca el de dar la vuelta al mundo, que fue poco menos que una casualidad, sino encontrar una ruta a las Islas de la Especiería a través de las tierras que había descubierto Colón treinta años antes.
Continúa la aventura. En este episodio, Magallanes se dirige a Sevilla acompañado por su socio, el cosmógrafo , dos cartógrafos y su esclavo Enrique. Pretenden presentar en la Casa de Contratación de Indias su proyecto de llegar al Maluco navegando hacia poniente, encontrando un paso a través de las nuevas tierras descubiertas por Colón treinta años antes.Ruy FaleiroEn la capital del Guadalquivir, además de numerosos impedimentos a la realización de su proyecto, el navegante portugués encontrará el amor, y contraerá matrimonio con Beatriz, hija del alcaide de las Reales Atarazanas, persona principal de la ciudad.
La comisión de la Casa de Contratación encargada de validar y financiar proyectos rechaza la propuesta de Magallanes y Faleiro. Los portugueses se resisten a aportar los cálculos de latitudes y longitudes que avalan la teoría de que las Especias pertenecen a la Corona de Castilla, según la división del mundo por el Tratado de Tordesillas. El propio Duarte Barbosa, suegro de Magallanes, será quien trate de hacer que la empresa salga adelante, con la doble estrategia encaminada a hacer que los notables de la ciudad se fijen en su yerno, y que Faleiro acceda a revelar su ciencia ante la comisión.
Gracias a la intervención de un oficial de la Casa de Contratación, que decide participar particularmente en la misión de Magallanes y Faleiro, estos llegan a exponer su proyecto al Consejo de la Corona de Carlos I. Allí encontrarán un inesperado apoyo: el del obispo Fonseca, que años antes había protagonizado una severa enemistad con Cristóbal Colón, que incluso le llevó a perseguir al almirante.
Dos giros inesperados en las negociaciones con la Corona impulsan el proyecto. Por un lado, la aparición de un rico armador que presta apoyo financiero, y por otro, el hecho de que Ruy Faleiro decida no embarcarse, reservándose para comandar la primera misión al Maluco por la nueva ruta, al regreso de Magallanes.Mientras tanto, el Rey de Portugal, informado por los espías con los que cuenta en Sevilla, insta a sus embajadores a desmontar a toda costa el plan.
Fernando de Magallanes conoce a dos hombres esenciales para el viaje, y los enrola en su tripulación: Juan Sebastián de Elcano y Antonio Pigafetta. Decide además el portugués enviar la armada a Sanlúcar de Barrameda para que las naos sea aprovisionadas, mientras que él espera unas semanas más en Sevilla, y aprovecha para hacer testamento.
El suegro de Magallanes envía una rápida carabela para interceptar a la flota de la especiería en las Islas Canarias. Ha conocido la trama de los capitanes castellanos para amotinarse contra él y pretende advertirle con un mensaje. El almirante decide entonces no compartir más información de la necesaria, pero no consigue con ello disipar los aires de sublevación en la armada.
La expedición cree haber encontrado el ansiado paso cuando la costa que iban siguiendo desde Brasil con rumbo sur comienza a escorar su perfil a poniente. Los capitanes castellanos siguen urdiendo el levantamiento contra Magallanes, y comienzan a hacer gestos evidentes de que niegan su autoridad. El navegante portugués identifica a los oficiales que están con él, y prepara la respuesta ante un posible motín.
La expedición llega a la bahía de San Julián y se prepara para pasar el invierno en tierra. Los tripulantes contrarios al mando de Magallanes tratan de hacerse con el control de la armada para relevar al portugués de la capitanía general y reorientar los objetivos de la misión.
Comandada por el capitán Serrano, la carabela Santiago es enviada a reconocer la costa más al sur del Puerto de San Julián. Después de casi una semana de exploración, la nave es atrapada por un temporal que la arroja contra los escollos, destrozándola.El incidente mina la moral de las tripulaciones del resto de embarcaciones y caldea aún más el ánimo de quienes cuestionan la autoridad de Magallanes.