Nadie entendió

Podium

Hice dos publicaciones en mi instagram, donde hablaba sobre la alarma que se nos enciende como esposas, cuando estamos en un lugar público con nuestro esposo y pasa una mujer hermosa.

Hubo muchos comentarios sobre este tema, que evidenciaron el problema… y es que esa inseguridad que nos genera ver a otra mujer bella, la resolvemos desde afuera, dependiendo de si mi esposo la mira o no la mira. Y desconocemos lo que pasa en nuestro corazón, o negamos la emocion incomoda que se despierta.

Acompañame en este episodio a comprender lo que sí debemos hacer en esta situacion.

Más episodios

Sin darte palo, por favor

¿Por qué somos buenas consejeras con otros, pero no con nosotras mismas? Muchas mujeres que vienen a mi, sienten que nunca van a poder cambiar su carácter. ¡Falso! La transformación del carácter es un proceso, que tiene unos niveles o pasos, y aquí­ te los voy a explicar, para que veas mujer, que Sí ESTÁS AVANZANDO. ¡Deja de darte de palo!Soy Lina Balvuena y esto es: hablemos de ser esposas.

Pregunta primero la historia

¿Cuántas veces nuestra suegra ha actitudes que nos parecen incómodas, costumbres desagradables y extrañas para nosotras?Durante mucho tiempo luché intentando que mi suegra entendiera mi forma y “respetara”. Hasta que entendí que antes de juzgar el por qué ella actuaba de esta manera, debía preguntar por su historia y por su crianza.Acompáñame a esta conversación con mi suegra, la pastora María Alba Cuéllar, para que nos identifiquemos y comencemos a crear nuevas maneras de relacionarnos desde el amor, la fe y el respeto.

Hasta que el contrato nos separe

Cada día se discute más sobre una propuesta de matrimonio civil, donde el contrato dure tres años y medio, y las dos partes, o sea el esposo y la esposa, decidan si renuevan o no al cumplirse estos tiempos. ¿Te parece buena idea? Te invito a que hablemos sobre este nuevo contrato, que nos propone que el matrimonio no sea “hasta que la muerte los separe” sino: hasta que se cumpla el contrato.Recuerda: No te aguantes, ni te divorcies… ¡Hay otro camino!