Una mujer poderosa

Podium

¡Hola mujer! Soy Lina Balvuena y te invito a que “Hablemos de ser esposas” Ya que este es uno de los roles de muchas mujeres y me atrevería a decir que es en el que, hoy en día, estamos más confundidas. Quién nos enseña a ser esposas? nadie verdad? Bienvenidas las casadas, las que viven en unión libre, las que están preparándose para dar el sí, las que se están estrenando en este deporte extremo de hacer familia, las que llevan muchos años en su relación, bienvenidas las que lo están disfrutando y las que no. Aquí vamos a aprender, entre buenas consejeras, las unas de las otras.

Más episodios

Sin darte palo, por favor

¿Por qué somos buenas consejeras con otros, pero no con nosotras mismas? Muchas mujeres que vienen a mi, sienten que nunca van a poder cambiar su carácter. ¡Falso! La transformación del carácter es un proceso, que tiene unos niveles o pasos, y aquí­ te los voy a explicar, para que veas mujer, que Sí ESTÁS AVANZANDO. ¡Deja de darte de palo!Soy Lina Balvuena y esto es: hablemos de ser esposas.

Pregunta primero la historia

¿Cuántas veces nuestra suegra ha actitudes que nos parecen incómodas, costumbres desagradables y extrañas para nosotras?Durante mucho tiempo luché intentando que mi suegra entendiera mi forma y “respetara”. Hasta que entendí que antes de juzgar el por qué ella actuaba de esta manera, debía preguntar por su historia y por su crianza.Acompáñame a esta conversación con mi suegra, la pastora María Alba Cuéllar, para que nos identifiquemos y comencemos a crear nuevas maneras de relacionarnos desde el amor, la fe y el respeto.

Hasta que el contrato nos separe

Cada día se discute más sobre una propuesta de matrimonio civil, donde el contrato dure tres años y medio, y las dos partes, o sea el esposo y la esposa, decidan si renuevan o no al cumplirse estos tiempos. ¿Te parece buena idea? Te invito a que hablemos sobre este nuevo contrato, que nos propone que el matrimonio no sea “hasta que la muerte los separe” sino: hasta que se cumpla el contrato.Recuerda: No te aguantes, ni te divorcies… ¡Hay otro camino!