Podium
En este momento, el debate sobre la competitividad es crucial para Europa debido a los desafíos económicos y geopolíticos que enfrenta el continente. La capacidad de las empresas europeas para competir a nivel global está en cuestión, particularmente en un contexto donde la tecnología, la transición verde y la globalización están redefiniendo las reglas del juego. Europa necesita reforzar su posición en la economía mundial, asegurando que sus empresas puedan innovar, crecer y competir en igualdad de condiciones con otras grandes economías como Estados Unidos y China.
En este marco, los informes sobre el mercado interior como el de Enrico Letta son fundamentales, ya que ofrecen un análisis detallado de cómo el mercado único europeo puede ser optimizado para mejorar la competitividad de la región. Letta ha puesto de relieve áreas donde el mercado único aún no se ha desarrollado completamente, lo que representa tanto un desafío como una oportunidad para Europa.
Además, el informe sobre competitividad que se espera de Mario Draghi para la Comisión Europea será clave en este debate. Se espera que este informe proporcione unas directrices para que Europa ajuste sus políticas y logre un equilibrio entre regulación y crecimiento económico.
El sector financiero juega un papel integral en todo esto. No solo es un facilitador del crecimiento económico, proporcionando capital y servicios a empresas de todos los sectores, sino que también actúa como un puente entre las políticas públicas y el sector privado. El sector financiero puede ayudar a impulsar la competitividad europea al facilitar la innovación, financiar nuevas inversiones y asegurar que Europa mantenga su posición como un líder económico global.
En este episodio de Foro Futuro, el centro de reflexión económica de Santander, en colaboración con Cinco Días, logramos conversar con Lucas Arangüena, responsable de Finanzas Sostenibles en el Grupo Santander. Arangüena ofrece una perspectiva sobre la transición verde en España y Europa, destacando la importancia de la descarbonización y la evolución del sector financiero hacia un enfoque más multidimensional. Y aunque España ha logrado reducir un 35% sus emisiones desde el pico de 2005, su matriz industrial aún depende en un 75% de combustibles fósiles.La transición llega en un momento que España puede capitalizar, pues se espera que se quintuplicará la capacidad de procesamiento de datos en el país para 2030, impulsada por inversiones de gigantes tecnológicos como Amazon y Microsoft para utilizar energía 100% limpia. Santander ha marcado el compromiso de movilizar 220.000 millones de euros a través de su banco de inversión para apoyar esta transición. Arangüena ha subrayado que, aunque se ha avanzado significativamente en la descarbonización de la oferta energética, el futuro requiere un enfoque creativo para descarbonizar la demanda, especialmente en el sector industrial.
La transición energética en España enfrenta desafíos clave en la financiación de proyectos de energías renovables, especialmente para promotores independientes y de menor capacidad financiera. En este episodio de Foro Futuro, analizamos los avances recientes y exploramos las medidas que afectan negativamente, como el regreso del Impuesto sobre el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica y nuevos impuestos autonómicos. Además, reflexionamos sobre el papel de España en la reindustrialización europea, su potencial en tecnologías limpias, moléculas verdes, captura de carbono y como hub de procesamiento de datos. Un análisis completo de cómo las estrategias de financiación y políticas energéticas pueden impulsar la descarbonización y la economía del país.
En este nuevo episodio de Foro Futuro, la iniciativa del diario económico CincoDías y el Banco Santander para enriquecer el debate en economía y finanzas, el profesor José García Montalvo, Catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra, propone seis soluciones a corto, medio y largo plazo que pueden aliviar la crisis de la vivienda en España. Entre las soluciones se incluyen el sistema Dublín, donde los grandes tenedores ceden parte de su parque de viviendas para ofrecer alquileres con un 20% de descuento. También propone el alquiler concertado, donde el Estado ayuda a las familias con dificultades para pagar el alquiler. Y a mediano y largo plazo sugiere la facilitación del cambio de uso de zonas industriales a residenciales, la construcción de vivienda social en alquiler para alcanzar la media europea, y la activación del suelo público en colaboración público-privada para construir vivienda asequible.