Podium
Todo está listo. El decorado empieza a coger polvo. El equipo entero está contratado y cobrando su sueldo. Y la estrella... la estrella no llega. Los retrasos en el rodaje de Moulin Rouge obligan a todo el equipo de Los otros a quedarse en su casa de brazos cruzados, mientras el presupuesto, que ya de entrada era enorme, sube un 30%. La prensa empieza a hablar de Los otros como una película maldita, una locura de unos flipados que, en realidad, nunca se va a hacer. Y la industria enseña la patita: hay ganas de ver fracasar a Amenábar.
El rodaje se detiene. Otra vez. Harvey Weinstein (el que faltaba) se presenta en Madrid para exigirles que se la cedan a la Fox para rodar escenas extra de Moulin Rouge en Fuenlabrada. Tom Cruise, mientras tanto, disfruta de la vida madrileña y se va a ver al Real Madrid y a jugar al golf.
Arranca el rodaje y los americanos intentan detenerlo: la niña no les gusta, hay que cambiarla y coger otra. Los españoles se plantan. Y la niña, lejos de agradecer esa confianza en ella, se rebela y se niega a aprenderse sus diálogos. Nicole, por su parte, continúa con sus poblemas de rodilla y con una cojera que, según algunos, resulta un poco sospechosa...
Nicole Kidman aterriza en Madrid con una sonrisa, tres pelucas carísimas y 34 sugerencias de cambios de guion. Y con “sugerencias” quiere decir “exigencias”: o Alejandro acomete esos cambios o Nicole coge las maletas y se vuelve a Los Ángeles.