Podium
Los españoles se están viniendo arriba, pero enseguida se topan con la realidad: la banca siempre gana. Hollywood siempre gana. El sexto sentido les arruina el final sorpresa y, mientras se pavonean en la prensa española de que van a hacer historia, una visita americana les recuerda su lugar en la cadena alimenticia.
El rodaje se detiene. Otra vez. Harvey Weinstein (el que faltaba) se presenta en Madrid para exigirles que se la cedan a la Fox para rodar escenas extra de Moulin Rouge en Fuenlabrada. Tom Cruise, mientras tanto, disfruta de la vida madrileña y se va a ver al Real Madrid y a jugar al golf.
Arranca el rodaje y los americanos intentan detenerlo: la niña no les gusta, hay que cambiarla y coger otra. Los españoles se plantan. Y la niña, lejos de agradecer esa confianza en ella, se rebela y se niega a aprenderse sus diálogos. Nicole, por su parte, continúa con sus poblemas de rodilla y con una cojera que, según algunos, resulta un poco sospechosa...
Nicole Kidman aterriza en Madrid con una sonrisa, tres pelucas carísimas y 34 sugerencias de cambios de guion. Y con “sugerencias” quiere decir “exigencias”: o Alejandro acomete esos cambios o Nicole coge las maletas y se vuelve a Los Ángeles.