Andrea de Castellón nos ha contado que su tía Virginia es una apasionada de los gatos y se patea todo el barrio para que a ninguno le falte comida. Y está a punto de enterarse de que sus vecinos le han denunciado por eso y que tiene un juicio pendiente. El Juez San Bernardino se lo va a decir.
Máximo de Alicante lleva toda la vida vendiendo aceites para motor. Y ahora, a sólo unos días de jubilarse, está a punto de recibir el encargo más extraño de su vida. Adolfo Tógrafo le va a pedir 75 toneladas de aceite. ¿Para qué? Para mandar un cohete a la Luna. Pero claro, no sabe si es “in the wy” o “an the po”.
Jessica y Lun-may se están ocupando de tramitar todo lo necesario para que su madre, María Rosa, se jubile. Y en medio del papeleo, han tenido una idea: “¿y si aprovechamos para gastarle una broma?” Y por eso llevan días mareando a su madre con que le falta una documentación para poder jubilarse. ¿Cuál? La Misen Maken. Y aquí es cuando San Bernardino entra en acción.
Si Hilaria de Málaga hubiera sabido la que se le viene encima, nunca le hubiera dejado el móvil a su nieta. La va a llamar San Bernardino porque su nieta ha encargado por internet un perro virtual. ¿El problema? Que cuesta casi mil euros.
¿Qué harías si te llama un cliente y te dice que se ha dejado algo en el local en el que trabajas? Le ayudas a buscarlo, ¿no? Bueno, sí... ¿Pero si lo que ha perdido son... las cenizas de su mujer?
José Antonio de Almería quiere que le gastemos una broma a su pareja, María. San Bernardino se la va a liar con un sofá. Sanber se hará pasar por un repartidor muy chungo y le va a decir que, si no está en casa, le deja el sofá en medio de la calle.
A Daniel de Cádiz, cuando le fueron a revisar la instalación de gas, le pusieron un precinto y le prohibieron tocarlo. Pero el técnico Aitor Nillo sospecha que Daniel lo ha manipulado y lo va a llamar para darle una buena brasa.
Marta va a recibir la llamada de la Guardia Civil, que le va a notificar que su padre ha aparcado el coche sin freno de mano y se ha ido calle abajo. Y encima, se ha estrellado contra una factoría de bichos y los ha liberado a todos. Una broma que nos han pedido su marido y su hija.
Domingo de Alicante se acaba de someter a un trasplante de córnea y ahora ve súper bien, se le ha quedado una vista de lince. Literalmente, porque es que en el hospital se han liado y le han puesto, por error, la córnea de un lince. San Bernardino le va a llamar para aclararlo todo.
María de Valencia nos ha escrito porque quiere gastarle una broma a su papá. Y hasta se ha compinchado con su hermana para que se lo crea todo. Su hermana se inventó que se había discutido con un compi del cole en clase de plástica. Ahora, el padre de ese compi, le va a llamar para ver qué está pasando.
Las bromas de San Bernardino es una sección del morning show de LOS40, Anda Ya. El programa matinal de la radio musical más escuchado del país.